AGENCIA DIGITAL.- Agosto 2021 – Con la llegada de las vacunas contra el COVID-19, se te podría perdonar que des un suspiro de alivio porque, al parecer, lo peor ha pasado. Toma un respiro profundo, porque la necesidad de medidas preventivas aún no se ha alejado de nuestra realidad. De hecho, siguen siendo tan importantes como al principio de la pandemia. Los casos a nivel mundial continúan documentándose y datos de la OMS, registrados al 2 de julio, indican que la variante Delta, ya detectada en 98 países, se está convirtiendo en la variante dominante, lo que nos vuelve a colocar en un momento peligroso de la pandemia.
En Perú, al 25 de julio de 2021, el Ministerio de Salud tiene registrados 2,104,394 casos de COVID-192 . En este contexto, es importante lavar tus manos, mantener la distancia, utilizar cubrebocas cuando estés fuera de tu casa, y sí, hacer una prueba molecular en punto de atención, sobre todo en caso de presentar sintomatología o si tuviste contacto con casos confirmados de COVID-19.
“Las pruebas moleculares son una primera línea de defensa fundamental”, señala el Dr. Oscar Guerra, Director Médico de Diagnósticos rápidos de Abbott para Latinoamérica. “Deben implementarse en el contexto de otras prácticas de higiene como el uso de la mascarilla o lavarse las manos y de ninguna manera las reemplaza. A mayor número de pruebas aplicadas, más se podrá detectar el virus. Es simple matemática. Porque en cualquier momento, cualquiera puede infectarse”.
Una gran mayoría de personas coinciden con lo mencionado por el Dr. Guerra. Una encuesta realizada a finales de 2020 señaló que el 82% decía que las vacunas de COVID-19 serán más eficaces si al mismo tiempo se continúan realizando pruebas.
La encuesta también encontró que:
• El 73% cree que una vacuna COVID-19 no puede tener éxito sin otras medidas de precaución.
• El 66% dice que la prueba rápida de antígeno COVID-19 es una herramienta fundamental para combatir la pandemia debido a su capacidad para detectar a las personas más infecciosas.
• El 86% dicen que las pruebas que detectan al virus desempeñarán un papel importante en la lucha contra la pandemia mientras esperamos que las vacunas estén ampliamente disponibles. “Lo que vemos es que el proceso de vacunación se debe llevar a cabo junto con las pruebas moleculares en punto de atención, porque llevará tiempo vacunar a todos y la demanda sigue aumentando a medida que las personas intentan regresar al trabajo y a la escuela” señaló el Dr. Oscar Guerra.
“Por lo tanto, debe hacerse en conjunto y en este momento se trata de detectar el virus, y tan pronto como podamos tener altos niveles de vacunación, algunos de estos testeos también se convertirán en pruebas de anticuerpos para determinar qué tan efectivas han sido las vacunas y qué tan receptivos son los individuos a estas vacunas”. Va a tomar un tiempo hasta que toda la población esté vacunada, por eso el escenario ideal es proporcionar la mayor cantidad de testeos a la mayor cantidad de personas, en tantos lugares como sea posible, para que todos podamos respirar tranquilos nuevamente.
“Lo que vimos a principios de año es que a medida que la pandemia continúa y la gente siente una mayor urgencia de volver a la normalidad, volver al trabajo y/o a la escuela, tenemos que aumentar nuestra capacidad para observar lo que podemos construir, por lo que seguiremos analizando cómo podemos expandir nuestra capacidad para seguir apoyando a combatir esta pandemia y satisfacer lo que el mundo necesita para mantenernos saludables”, explicó el Dr. Oscar Guerra.
Desde el inicio de la pandemia, Abbott ha lanzado ocho pruebas de COVID-19 para uso de emergencia y ha realizado más de 300 millones de pruebas de COVID-19 en todo el mundo. Además, mundialmente, se han implementado cientos de millones de tests y cientos de millones más están por usarse, por lo que aún no es el momento de olvidarse de los riesgos del COVID-19.