AGENCIA DIGITAL.- Marzo 2022 – Cuando hablamos de corrupción, se nos viene inmediatamente a la mente la palabra “soborno”, pero conocemos el significado de ese acto y sus perjudiciales efectos en la sociedad.
Un soborno es una oferta, promesa o entrega que una persona hace a otra con el objetivo de conseguir algún beneficio, generalmente económico, pudiendo ser un beneficio personal o incluso empresarial. El soborno también es conocido como cohecho o en lenguaje coloquial, como coima; este último termino es relacionado con una “dádiva” que es entregada a un funcionario público a cambio de facilitar un proceso y omitir una sanción.
Según la Contraloría General de la República, solo en el 2020, el Perú perdió 22,059 millones de soles por corrupción e inconductas, no se ha especificado cuánto porcentaje hace referencia a sobornos,
*2021*
Desde un punto de vista coyuntural, la corrupción ha mantenido un papel central en la agenda de discusión pública, por lo menos, los tres últimos años. En efecto, aunque los escándalos de diverso tipo y magnitud nunca estuvieron ausentes en la década y media después del fujimorismo, lo que catapultó la atención sobre la corrupción a un protagonismo indiscutible fue la publicación, a fines de 2016, de la confesión de la empresa brasileña Odebrecht ante la justicia de Estados Unidos. Esto en relación al pago sistemático de sobornos en varios países de América Latina y África, por más de u
Al respecto, la XI Encuesta Nacional sobre Corrupción (Proética, 2019) ubica en 16% la parte de peruanos que reconoce haber pagado un soborno de este tipo al menos una vez en los últimos 12 meses.15 Adicionalmente, en la misma fuente se encuentra el dato del subreporte ante órganos oficiales, pues un abrumador 91% de personas, que reconoce haber sido víctima de corrupción o haber conocido directamente de un caso, señaló que no hizo la denuncia, principalmente porque se tiene la certeza de que no sirve de nada (33%) o porque el hecho le benefició directamente (21%)